Testimonio de una mujer de Gandia maltratada
María es una mujer de Gandia. Tiene un hijo. El nombre es ficticio y su voz está distorsionada.
Es el precio que, lamentablemente, se paga cuando la vida de María corre
peligro. Ella misma sabe que falla el sistema. Y lo ha denunciado
multitud de veces, a pesar de que tanto ella como su familia están
hartos de advertir que “lo hará”. Y entonces, ya será tarde. Ya no
valdrán las lamentaciones. Por eso, hoy, 25 de noviembre, Día
Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, este
testimonio de una gandiense cobra mayor relevancia para saber de viva
voz lo que sucede, muchas veces, puerta para adentro.
María acude a
la entrevista escoltada por dos agentes de policía. Los agentes se
sientan mirando nuestra mesa y sin perder de vista la entrada al local.
Es por su seguridad. Decidimos salir a la terraza. Hablar de esto
requiere respirar oxígeno por los cuatro costados. María nos dice
claramente que "es una atrocidad que te cuente cómo te va a matar" y
añade que "a día de hoy sigo teniendo pesadillas. Tengo miedo de
dormirme por si no me voy a despertar" y remata respondiendo sobre si
tiene miedo de que su ex pareja la asesine dice que "lo veo capaz. Lo ha
intentado y tal como van las cosas, si no le frenan los pies, lo
intentará y lo hará".
¿Cómo empezó todo?
Empezó siendo
como un príncipe azul de cuentos, trayéndome flores, diciéndome que yo
era lo mejor de lo mejor. Poco a poco comenzó a decirme que me separara
de mi familia y de mis amigas, que estaban en contra de él. Luego que me
relacionaba con demasiados chicos en el trabajo y ahí empezó el
maltrato psicológico. Una vez me convenció que él era lo único, lo
exclusivo, lo mejor, pues pasó a tú tienes la culpa de todo, no te
enteras, no vales para nada, eres una sosa en la cama, y eso hizo que mi
estado anímico fuera poco a poco hacia abajo, creyendo que no valía
para nada que es lo que él me hacía sentir. Llegó un momento que yo
sentía y pensaba lo que él quería que pensara y sintiera. Me anuló por
completo como persona. Una vez anulada como persona comenzó el maltrato
físico. Primero unos zarandeos, me tiró de la escalera y de ahí pasó al
no lo volveré a hacer, lo siento mucho, es que he bebido… primero era
una vez al mes, una cada dos semanas, después ya era día sí día no. Si
salía el sol yo tenía la culpa, sino salía también tenía la culpa.
Sumado
al físico, pero físico de pegarme con palos, con cuchillos,
disparándome con una pistola balines, de ahí el maltrato sexual, como yo
no valía sexualmente para él, pues abusaba de mí, me obligaba a tener
relaciones como él quería que las tuviera, me obligaba a ver situaciones
de sexo con otras personas…
Al quedarte embarazada ¿continuó el calvario del maltrato o cesó por completo?
Cuando
me quedo embarazada sigo estando en la misma película, no me doy
cuenta, no soy consciente de todo, poco a poco voy viendo más y soy más
consciente de que eso no es lo que quiero vivir en mi vida, me estaba
matando en vida. Justo cuando nace mi hijo es cuando yo decido poner fin
a la relación, pensándome que simplemente yéndome y dejando de vivir
con él y denunciando lo que había vivido se había acabado todo.
¿Qué
pasa por tu mente cuando una persona, si es que se le puede llamar así,
te cuenta en tu propia cara la forma en la que piensa matarte?
En ese
momento piensas, al menos me lo cuenta. Después, una vez he analizado y
he hecho terapia me he dado cuenta que realmente es una atrocidad que
te cuente como te van a matar y de hecho a día de hoy sigo teniendo
pesadillas con todo lo que me decía, cuando me voy a dormir tengo miedo
de dormirme por si no voy a despertar, todo a raíz de lo que me contaba.
Y dices que ha intentado varias veces acabar con tu vida…
Lo veo totalmente capaz, lo ha intentado y tal como van las cosas si alguien no le frena los pies, lo hará, lo hará
Un día dices basta ya y decides marcharte, abrirte camino a la vida y ¿qué ocurre?
En
principio a él le molestó. Era como que quería separarle de su hijo.
Después ya no le importaba su hijo, de hecho ni me preguntaba por él
cada vez que me llamaba para amenazarme, para decirme que no me podía ir
con nadie, que iba a ser suya para siempre. A él, el niño ya le daba
igual.
Has dicho que muchas veces te sientes cansada,
impotente, agotada, harta de todo lo que te significa esto para ti y tu
hijo. El último episodio, alguien echa un acelerante por debajo de la
puerta de tu casa y le prende fuego con vosotros dentro.
Entro
en un estado nervios y de pánico muy grande, sobre todo porque mi hijo
estaba conmigo en esos momentos. Él fue quien detectó el fuego.
Realmente por mi mente pasan muchas cosas: pasa miedo, pasa inseguridad,
pasa mucha rabia, mucha impotencia de ver que no puedo hacer nada. Y
así no puedo vivir más, se me queda un sabor de boca de ya no puedo más,
es una sobrecarga, es como si quisiera abandonar…
Cómo es tu día a
día cuando tiene que vivir gran parte de las horas del día con dos
agentes de la policía nacional escoltándote y acompañándote a multitud
de sitios.
Por un lado muy agradecida por la labor que hace la
Policía. Me siento más protegida pero al mismo tiempo me limita mucho mi
día a día. Yo creo que el que tendría que estar bajo vigilancia o
seguimiento es él no yo. Yo debería vivir felizmente con el trabajo, el
niño, no tener límites, quien los debería tener es él no yo.
Crees
que al estar viviendo en tus propias carnes esta violencia, se debería
de actuar de otra forma para que la muerte no fuera el final...
Sí, creo que tendrían que pararle los pies, ponerle muy complicado que pueda acceder a mi porque de lo contrario accederá.
Tu
ex pareja aceptó de conformidad en un juicio, siete meses de prisión
por quebrantar una orden de alejamiento de 300 metros, cuando iba a por
ti y a por tu hijo. Qué ocurre si ves a tu ex pareja ahora cara hacia
ti…
No reacciono, me quedo paralizada. Solo pensar que pueda
estar cerca de mí se me bloquea el cuerpo, ni las piernas me van, el
miedo me supera, no sé cómo expresarlo realmente como me siento en ese
momento, aunque vaya acompañada, solo de pensarlo se me congela el
cuerpo
Realmente y bajo tu punto de vista como víctima de toda esta lacra social ¿qué falla en el sistema?
Falla
mucho. Falla el sistema judicial, las asistentas sociales,
políticamente, en todos los aspectos fallan muchísimo de hecho, por
desgracia, cada día hay más muertes y ahí es donde hay que ir todos
juntos.
Este es el testimonio de una mujer de Gandia a la que
seguramente no le servirán las pancartas, ni los lazos ni las fotos de
los políticos. No podrá luchar contra resoluciones judiciales que jamás
se verán cumplidas o que simplemente puedan quedar en papel timbrado.
Sus palabras deben servir para analizar qué puede ocurrir y qué se puede
evitar. Y quién lo puede evitar. Las leyes las hacen los políticos, las
debaten en el Congreso, y es ahí donde ningún voto vale más que una
vida.
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